viernes, 16 de enero de 2009

Gebresalassie se queda sin nuevo record de Maratón

Era una carrera perfecta: un recorrido total y absolutamente plano, en recorrido urbano junto al mar, programada a una hora temprana para evitar temperaturas altas y cuatro liebres que trabajaban para él con un único fin: batir de nuevo el record del mundo de maratón (2:03:59 en Berlín 2008) y embolsarse la bonita cantidad de 1 millón de dólares. Esta prueba perfecta era la Maratón de Dubai.

Pero había un factor externo con el que no contaban ni Gebre ni la organización de esta prueba: la climatología. A todos se le tuvo que quedar cara de tontos al ver que llovía. Y mucho. Este hecho no pareció afectarle demasiado en los primeros kilómetros, en los que las liebres tiraban de él a un ritmo de récord del mundo. Tanto es así que al paso por el kilómetro 30 todavía corría 10 segundos por debajo de su marca.

Pero amigo mío, en cuanto las liebres se cansan y dejan de tirar, hay que hacer el trabajo uno mismo y aportar ese granito de esfuerzo que siempre reservas cuando vas a rueda de alguien. Ni siquiera el férreo control de carrera que realizó su mánager, el cual lo siguió en moto durante toda la carrera cantándole parcial a parcial y controlando el ritmo en todo momento, pudo hacer que hacia el kilómetro 37 su ventaja se desvaneciese y empezase a rodar por encima de su propio récord.

Sin embargo, hay que quitarse el sombrero y hacerle la ola a este etíope de 35 añitos, que consiguió hacer un tiempo de 2:05:29, tiempo que viene a ser la octava mejor marca de la historia. Como se dice en mi tierra, para mear y no soltar gota.

En fin, el año que viene será… si el tiempo lo permite.

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