miércoles, 18 de marzo de 2009

Round 4: Villarrobledo

Tras el periplo de tres carreras surcando la sierra del Segura, el circuito se desplaza a tierras más propias de la mancha: menos cuestas (aunque como las meigas, haberlas hailas) y mucho viento (por eso tenemos en la provincia unos de los parques eólicos más grandes de Europa). Y es que no podía evitarse el que una o dos lágrimas saltasen al ver lo que la climatología había preparado para ganar protagonismo a la misma carrera: viento racheado que para más inri, soplaba de cara en las zonas de bajada del circuito.
El circuito por sí mismo es bastante exigente, ya que cuenta con abundantes repechos que evitan que puedas coger un ritmo de crucero. Si además concretamos que se trata de una media maratón, la cosa se complica. Pero añadirle viento a una combinación explosivo por sí misma, da lugar a una guerra. Ya lo se, estoy exagerando un poco las cosas, pero hay que darle un poco de emoción al relato para que la gente siga leyendo. Como decía, la carrera era ya por sí misma lo suficientemente dura como para necesitar una ayudita del dios Eolo. Basta ver el tiempo empleado por el vencedor final: 1h 12 minutos, muy lejos de los tiempos medios que se suelen hacer en otras carreras similares (en torno a la hora y un minuto). Si embargo, los más de 500 valientes que semana a semana se dan cita en las carreras del circuito no se desanimaron y tomaron la salida con la ilusión de aquél que corre por primera vez (creo que no transcribiré los comentarios que algunos atletas hacían sobre el clima, ya que corro el riesgo de que me clausuren el blog :-p) y coparon las calles de la cuna del Viñarock (por mucho que Benicásim lo reclame, el original es este, dicho queda).


Finalmente, la carrera transcurrió sin problemas bajo la atenta mirada del numeroso público que se congregaba en las calles, y los favoritos al triunfo, trinfaron. Poca más historia para una carrera que resultó ser una lucha contra el viento más que contra los oponentes.

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