lunes, 9 de marzo de 2009

Round 3: Riópar

Tras el forzado parón en las carreras del circuito a causa de la maratón de Valencia, este pasado fin de semana volvía la competición al circuito diputación, con una nueva prueba en el calendario que, por la localización de la misma, no hacía presagiar nada bueno. Matizo mis palabras: nada bueno porque en la zona de la sierra del Segura no hay ni un metro de terreno llano y la altura media ronda los 1000m, unos 1000 más de la altura a la que estoy acostumbrado a vivir. Además, las lluvias casi torrenciales que acosaron todo el país la semana precedente amenazaban el estado de los caminos por los que tendría que discurrir esta carrera. Tanto es así que por la zona de salida circulaban rumores de que el trazado había sido modificado esa misma mañana debido a que ciertas zonas del camino estaban impracticables a causa del barro acumulado. Aunque la versión oficial que daban los periódicos al día siguiente desmentían dicho rumor.
Y sinceramente, me cuesta creérmelo, ya que ninguna mente en su sano juicio podría haber confeccionado dicho recorrido pensando en la seguridad de los más de 500 corredores que allí nos dimos cita. Hacia la mitad de la carrera, tras coronar el puerto al que se subía, inmersos en una bajada tumba abierta, el recorrido se introducía por senderos estrechísimos y torrenteras con una pendiente brutal y un firme inexistente. Tanto es así que en cierta parte de la bajada llegué a cerrar los ojos y rezar por no dar un mal paso, porque una caída en esa zona hubiera sido fatal. Primero porque no hubiese quedado hueso en mi cuerpo si quebrarse, y segundo porque sólo un helicóptero de rescate me hubiese podido sacar de allí (helicóptero que dudo la organización tuviese preparado). Al final, parece que la suerte se alió con el buen juicio de los corredores y no tengo constancia de ningún incidente.
Pero pese a todo lo dicho, la carrera es una de las más bonitas que he hecho hasta la fecha. Dura como ella sola, si, pero de esas que gusta correr por la belleza del entorno y la exigencia del recorrido. Y es que la zona de la sierra del Segura y el calar del Río Mundo es posiblemente la zona más bella de la provincia.











La carrera partía del pueblo de Riópar en una mañana más que agradable para la práctica de ejercicio y, tras reaalizar un pequeño callejeo para calentar piernas con las primeras cuestas, se dirigía hacia la montaña cercana que a continuación se habría de subir.


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El terreno no estaba en muy buenas condiciones debido a la acumulación de barro (en tramos más bién parecía un cross que una carrera popular) y eso se notaba en las subidas más pronunciadas. Bueno, el barro y las secuelas de la maratón, que todavía tienen mis isquiotibiales atenazados y hacen del subir cuestas una misión prácticamente imposible. Tras cinco kilómetros de subida continuada, llegaban otros 5 de bajada hacia el pueblo, una bajada para valientes como ya comenté antes, pero que se agradecía. No se si mi reloj GPS funcionaba correctamente, pero en cirtos puntos llegó a darme ritmos inferiores a 3 min/km en dicha bajada, ritmo que en esas condiciones era bastante rápido.




Pero al final, la carrera transcurrió sin mayores problemas y se pudo acabar en un puesto bastante digno dada la condición en la que llegaba a ella.

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